Tan sólo en la provincia de Jaén existen 60 millones de olivos a los que hay que unir los extensos olivares de Córdoba, Sevilla y Granada. En Andalucía se levanta el mayor «boque humanizado» del mundo, así lo ha definido muchos expertos, que busca ser reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por las muchas singularidades que lo componen, el paisaje único, la flora, la fauna o la cultura milenaria que surgió alrededor del cultivo del olivo y de la producción del aceite de oliva. Un objetivo al que se acaban de sumar las principales organizaciones agrarias que representan a un mayor volumen de agricultores y olivareros en Andalucía, Asaja, COAG, UPA y la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias, se han sumado a la iniciativa que promueve la Diputación de Jaén.
El expediente ya se está elaborando por parte de un nutrido grupo de expertos que presentarán, cuando esté finalizado, ante la UNESCO para intentar que el Paisaje del Olivar de Jaén, Córdoba, Málaga, Sevilla y Granada sea declarado como «Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad». Por el momento los trabajos se están centrando en definir los límites de «la mancha de olivos» que abarcaría el paisaje declarado como patrimonio. En el seno de la comisión que está trabajando en la candidatura se ha recibido con notable satisfacción la «adhesión de los propietarios de los olivos, los agricultores» al proyecto y que están representados en las organizaciones agraria a los que hay que sumar a la Junta, la propia Diputación, la Universidad de Jaén, el Instituto de Estudios Giennenses, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE), o a la Fundación Juan Ramón Guillén, entre otras, y que ya trabajan desde hace meses en la elaboración del expediente.
A modo de ejemplo el secretario general de COAG Jaén, Juan Luis Ávila, aseguró que «como productores nos parece una iniciativa magnífica por que el olivar es mucho más que un cultivo: es casi una forma de ver la vida» y mostró el compromiso de las organizaciones agrarias «para conseguir este objetivo e impulsar el proyecto para que sea una realidad porque sobradamente cumplimos los requisitos y así lo entienden los olivareros, y así se entiende en todas las partes de España».
Por su parte, Francisco Casero, presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, explicó que la suma de los nuevos esfuerzos supone «dar un paso muy importante porque desde el primer momento para nosotros la participación de las asociaciones agrarias nos parecía trascendental». Casero aportó, además, que «hoy se están plantando olivos en diferentes partes del mundo, en Australia, Chile, etc. en sitios muy distantes. Por eso, que se declare el olivar andaluz como Patrimonio de la Humanidad significará que en las botellas podrá venir esta declaración y eso nos pondría como referente a nivel mundial». Esa marca, acompañada de una buena campaña para crear sensibilidad, dijo que podría sumar mucho y que, por lo tanto, este debe ser un proyecto de toda Andalucía.
CARMEN ÁLVAREZ ROA